Ropa Infantil en Palmira
En un costado de un almacén se ven diminutos pantalones, vestidos coloridos y tiernos zapatos talla 10 pensados para una ocasión elegante. Al otro lado una pareja con un gorrito de lana en sus manos luce conmovida por la próxima llegada de su hija. Elegir la ropa de los bebés y los niños es una experiencia que hoy requiere de paciencia y de una buena inversión. Las viejas generaciones de colombianos jamás tuvieron todas las opciones que encuentran hoy en las vitrinas los nuevos padres y sus centennialls. En este siglo la categoría de ropa infantil es una de las más competitivas en el planeta.
Carter’s es la compañía más grande del mundo y una referencia obligada en este sector. Al cierre del año pasado esta empresa estadounidense facturó más de 3.000 millones de dólares, un 6,2 por ciento más que en 2015. Y si al norte del continente el negocio es muy rentable, en Colombia desde hace más de diez años, con la llegada de más de cuatro empresas dedicadas a la moda infantil, esta categoría registra anualmente un crecimiento de 9 por ciento.
Con la presencia de nuevos actores el sector empezó a ser más dinámico y competitivo. “Antes el mercado se había olvidado de los más pequeños, no había color y la ropa era simple y aburrida. Los niños se veían iguales, uniformados; sin estilo, sin personalidad”, reseña la historia de la tradicional empresa medellinense Offcorss. Ellos, junto con Polito y Baby Fresh son el sello nacional de la moda infantil.
Incluso las marcas más importantes para hombre y mujer empezaron a crear sus propias líneas de ropa infantil, como Zara kids, Mango kids y Mango baby. Según la revista S Moda de El País de España, “la diversificación es claramente su apuesta para conquistar el mercado”. Y sí, la ropa infantil es uno de los sectores más prometedores de la industria de la moda hoy.